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Una prudente reforma para aliviar la presión de los médicos de familia en Inglaterra

El 31 de enero, el Reino Unido lanzó un nuevo programa llamado "Primero, la farmacia" (Pharmacy First) que da a los farmacéuticos el poder de prescribir tratamientos para siete enfermedades, que incluyen: dolor de oído, infecciones en el tracto urinario femenino y herpes. El Servicio de Salud Nacional calcula que esto podría liberar el 12 por ciento de las citas anuales de un médico general: hoy los pacientes deben esperar semanas hasta poder ser atendidos por un médico de familia. El plan también señala un cambio filosófico: se aleja de la medicina general como primera opción.

Antes de esto, los farmacéuticos eran meros "confesores" y pasaban muchas horas no pagas asesorando a sus clientes. Este proyecto tardó demasiado. Desde las medidas contra la COVID-19, se les había encomendado la entrega de vacunas, servicios de anticoncepción y controles de presión arterial. Este era el paso lógico, dice una de las autoridades farmacéuticas.

Se necesita aún acomodar muchas cosas para que Pharmacy first funcione bien: más recursos humanos, mayor formación y mejor tecnología para dispensar recetas electrónicas. Entre las capacitaciones, se está enseñando a usar el otoscopio. Otro de los desafíos es el del financiamiento del plan, la inyección de dinero –la mayor de la década– no es suficiente. Además, el número de farmacias viene reduciéndose en el territorio.

Para leer el texto completo: https://www.economist.com/britain/2024/02/01/the-pharmacist-will-see-you-now