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De acuerdo con los datos del último Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2022, en Argentina el promedio de hijas e hijos nacidos vivos por cada mujer de 45 a 49 años de edad –llamado “descendencia final”– fue de 2,6, un valor que supera lo que en Demografía se llama “tasa de remplazo” (2,1), que es el nivel mínimo de fecundidad necesario para que una generación pueda reemplazarse a sí misma y no disminuya la población nativa, sin tomar en cuenta las migraciones.

Sin embargo, hay dos datos a tener en cuenta respecto a esta cuestión: en primer lugar, la descendencia final en 2022 ya representaba una disminución significativa respecto a la de los censos de 2001 (3,1) y de 2010 (2,9); y en segundo lugar, el ritmo de caída de la tasa de natalidad en la Argentina viene acelerándose desde el año 2016.

Según datos del documento Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2022. Resultados definitivos Fecundidad. Edición ampliada publicado en 2024 por el INDEC, la disminución de la fecundidad se observa en todos los tramos de edad fértil, pero principalmente en la adolescencia: el porcentaje de mujeres de 15 a 19 años con hijos nacidos vivos bajó a la mitad entre 2010 y 2022, de 13,1% a 6,4%.

Pero hay otro dato que incluye esa publicación que amerita un análisis más detallado referido a la fecundidad: a medida que aumenta el nivel educativo alcanzado por las mujeres de 14 a 49 años, disminuye su fecundidad. Eso es en principio obvio, porque es improbable, por ejemplo, que haya mujeres de 14 años con estudios universitarios, pero también la fecundidad disminuye a medida que aumenta el nivel de estudios incluso en mujeres de un mismo tramo de edad.

Para evaluar la asociación entre el nivel educativo incide y la fecundidad puede consultarse la REDATAM, un programa para procesamiento estadístico especializado en microdatos de censos de población y vivienda, encuestas y estadísticas vitales, desarrollado por el CELADE (división de Población de la CEPAL). Utilizando ese programa para analizar las diferencias de fecundidad según el nivel educativo de las casi 1,5 millones de mujeres de 45 a 49 años, se puede observar que en 2022 solamente 11% no había tenido hijos, pero ese porcentaje varía desde 6% entre quienes solamente habían cursado o estaban cursando estudios primarios, hasta 19% en quienes cursaban o habían cursado estudios de posgrado (especialización, maestría o doctorado).

A la vez, la “descendencia final” también varía según el nivel educativo en el mismo grupo de mujeres de 45 a 49 años: en 2022 pasó de un promedio de 3,7 hijos en el nivel primario o EGB, a 2,7 hijos en el nivel secundario o Polimodal, a 2,0 en el terciario no universitario, hasta llegar a 1,8 en el nivel universitario de grado o posgrado.

De todas formas, conviene resaltar que entre 2010 y 2022 aumentó fuertemente el nivel educativo de la población, y en particular de las mujeres de 45 a 49 años: mientras que en 2010 el 38% había cursado o estaba cursando educación primaria o EGB, en 2022 ese porcentaje bajó a 22%; el nivel terciario pasó de 15% a 20%; y el universitario de grado y posgrado pasó de 14% a 22% en el mismo período. Ese aumento del nivel educativo podría explicar en parte la disminución de la fecundidad general, aunque es preciso resaltar que no es posible afirmar una única relación lineal de causalidad entre ambas variables: por ejemplo, afirmando que un mayor nivel de estudios cause por sí una disposición a tener menos hijos.


Fuente: https://redatam.org/es/procesar-en-linea/latam/arg.