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The Lancet publicó en marzo de 2024 un extenso artículo con estimaciones mundiales de mortalidad y esperanza de vida en 204 países y territorios y 811 localidades subnacionales entre los años 1950 y 2021, y que compara estimaciones del exceso de mortalidad debido a la pandemia de COVID-19. El estudio utilizó 22.223 fuentes de datos de registro civil, muestreos, encuestas, censos y otras fuentes.

El exceso de mortalidad debido a la pandemia de COVID-19 en 2020 y 2021 fue definido como la mortalidad por todas las causas menos la mortalidad que se esperaría si la pandemia no hubiera ocurrido, según las tendencias históricas. El exceso de muertes es el que se atribuye a la pandemia en su conjunto, tanto por la infección por SARS-CoV-2 como por otros factores relacionados con la pandemia, como las demoras en la atención de la salud. Incluye las muertes contabilizadas anualmente en los registros civiles para complementar los datos de muertes observadas diariamente. Esto resulta relevante particularmente para nuestro país, porque el mismo texto destaca que en la Argentina los registros anuales de defunciones son “completos”.

El método aplicado difiere de otros estudios que simplemente comparan la mediana del número total de muertes por cualquier causa de los años anteriores a la pandemia, con las muertes ocurridas durante los años de pandemia. El enfoque utilizado en la publicación de The Lancet para estimar el exceso de mortalidad implica una innovación en los métodos de investigación demográfica que facilita el análisis de la interacción entre los procesos demográficos y la pandemia.

Entre los resultados del proyecto, la publicación destaca que la mortalidad global por todas las causas siguió dos patrones distintos durante la pandemia: las tasas mundiales de mortalidad por todas las causas estandarizadas por edad aumentaron un 21,9% para los varones de más de 14 años en comparación con 2019 y un 16,6% para las mujeres en el mismo grupo de edad y período de tiempo, mientras la mortalidad infantil continuó el ritmo descendente que venía mostrando en años anteriores.

También estima que 131 millones de personas murieron en todo el mundo por todas las causas en 2020 y 2021, de las cuales 15,9 millones se debieron a la pandemia de COVID-19 –medida por el exceso de mortalidad, lo que incluye las muertes debidas directamente a la infección por SARS-CoV-2 y las debidas indirectamente a otros cambios sociales, económicos o de comportamiento asociados a la pandemia. De esas, 5,9 millones fallecieron en el año 2020 y 10,0 millones en 2021.

Entre 1950 y 2019, la esperanza de vida al nacer en todo el mundo aumentó de 49,0 a 73,3 años, pero disminuyó 1,6 años entre 2019 y 2021, invirtiendo la tendencia histórica.

La población mundial alcanzó los 7,89 mil millones de personas en 2021 y se observa una desaceleración del ritmo de crecimiento de la población mundial desde 2017, a pesar del crecimiento poblacional en los países de ingresos más bajos.

Asimismo, se observa que la brecha entre la mortalidad masculina y femenina ha ido en aumento, principalmente debido a que las tasas de mortalidad entre las mujeres disminuyeron a un ritmo más rápido que entre los varones.

La comparación internacional del exceso de mortalidad debido a la COVID-19 durante los años 2020 y 2021 fue probablemente el aspecto de esta publicación que más impacto generó, porque desmiente rotundamente ciertas afirmaciones indocumentadas: mientras que en el mundo fue estimado en 104 por cien mil habitantes, en Argentina el valor fue inferior: 85, superado incluso por el promedio “de los países de altos ingresos”.

En algunas regiones la mortalidad por COVID-19 fue sustancialmente mayor: por ejemplo, el estudio estima que en Europa del Este el exceso de mortalidad fue de 333 por cien mil habitantes; en Europa Central 254; en Latinoamérica y el Caribe 199; en Asia Central 146; en el Norte de África y Medio Oriente 133; en el Sur de Asia 128; en el Sur de África 113; en Europa Occidental 85; y en el Este de Asia y Oceanía 24. En esta última región destaca el valor alcanzado por China: solamente 2 por cien mil.

Si bien hubo países de alto nivel de ingresos que mostraron resultados óptimos en este indicador, como Australia, Japón, Irlanda o Noruega, hubo otros que superaron la mortalidad por COVID-19 de nuestro país: Estados Unidos (159), Italia (138), Portugal (105), España (103), Gran Bretaña (102), Canadá (95) y Holanda (92). Tuvieron un mejor desempeño, entre otros: Suecia (50), Alemania (60), Suiza (69) y Francia (74).

En América Latina, los mejores resultados se observaron en Uruguay (49), Costa Rica (74) y Panamá (81). Mostraron un mayor exceso de mortalidad por COVID-19 que nuestro país: Chile (103), Paraguay (111), Brasil (136), Colombia (170), Venezuela (222), Ecuador (258), México (261), Cuba (265), Bolivia (419) y Perú (427).

De todas formas, en la región la esperanza de vida al nacer estimada para el año 2021 siguió siendo muy superior a nuestro país (Argentina: 76,1 años) en Chile (79,0), Panamá (78,3) y Costa Rica (77,7).

El estudio concluye afirmando que la pandemia puso de relieve la necesidad de mejorar el registro y la accesibilidad de datos de salud actualizados, principalmente debido a que los países más afectados por la pandemia además fueron los que poseen peor información sanitaria.

Asimismo, destaca que la mortalidad durante la pandemia de COVID-19 no estuvo asociada únicamente al nivel de desarrollo de cada país, ya que “los esfuerzos de vacunación, las políticas públicas y los cambios de comportamiento individual influyeron en la gravedad de la pandemia en todos los países y territorios”.


Distribución del exceso de mortalidad por COVID-19 en el mundo (por 100.000 habitantes)



Fuente: https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(24)00476-8/fulltext